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PARADIGMA DE LA IDENTIDAD
Y EL SENTIDO DE PERTENENCIA GRUPAL
Uno de los efectos sociales de la modernización es, sin duda,
la transformación del proceso a través del cual los sujetos se vinculan con el
grupo al que pertenecen. En efecto, la identidad colectiva que suponía la
imposición y transmisión de los rasgos culturales de un grupo. En el contexto
social actual, en donde los sujetos están adscritos a diversos grupos, la
construcción del sentido de pertenencia se dificulta, ya que los sujetos a
través de sus múltiples interacciones cotidianas van seleccionando los
repertorios culturales que responden a sus intereses y aspiraciones personales,
así como a las exigencias sociales; de tal manera que la identidad colectiva se
convierte en una construcción subjetiva y cambiante.
LAS MUJERES EN LA HISTORIA
DEL ECUADOR
NELA MARTINEZ
Nela Martínez Espinosa nace el 24 de noviembre de 1912. Hija
de César Martínez Borrero y de Enriqueta Espinosa Espinosa. Su educación
primaria la realiza en la Escuela de las Religiosas Dominicanas desde los 5 a
los 11 años, la secundaria en el Colegio de los Sagrados Corazones entre los 12
y 17 años, en la ciudad de Cuenca. A esa edad descubre en librerías a José
Carlos Mariátegui. Compra y lee Amauta y sus 7 Ensayos. Adquiere noción del
marxismo y se vuelve atea. Lee incansablemente a los clásicos y a los
prohibidos por el “index” de la Iglesia.
TRANSITO AMAGUAÑA
Rosa Elena Tránsito Amaguaña Alba fue una líder indigena
ecuatoriana, nacida el 10 de septiembre de 1909, en la localidad de Pesillo,
provincia de Pichincha, junto al volcán Cayambe.
Vinculada al Partido Comunista del Ecuador, lucho por
implantar un sistema cooperativista en el campo. En 1946 fundó la
Federación Ecuatoriana de Indios, junto a otros líderes campesinos, y en los
años 1950 impulsó la fundación de escuelas bilingües, en español y
quechua. Más adelante también promovió los derechos de la mujer por medio
de la Alianza Femenina Ecuatoriana. En 1962 viajó por primera vez a
Cuba y a la Unión Soviética en representación del PCE y de los indígenas
ecuatorianos al Congreso del Partido Comunista de la URSS. A su regreso
al Ecuador, y a raiz de su viaje, fue acusada de tráfico de armas, y permaneció
cuatro meses en la cárcel. Cuando salió, sin cargos, tuvo que afrontar el
fallecimiento de sus padres y de varios de sus hijos. Sin
embargo, persistió en su actividad politica a favor de los campesinos indígenas
ecuatorianos, quienes la llamaban Mama Tránsito.
ZOILA UGARTE
Zoila Ugarte de Landívar (conocida también por su seudónimo Zarelia, El Guabo, cantón Machala, 27 de junio de 1864 - Quito, 16 de noviembre de 1969)
fue una escritora, periodista, activista por
los derechos humanos y feminista ecuatoriana; fue la primera mujer en ejercer el periodismo en Ecuador, junto a Hipatia Cárdenas de Bustamante (1889-1972)
y una de las pioneras en el ámbito de la defensa del sufragio femenino en
Ecuador.
Como precursora
del periodismo femenino ecuatoriano, su carrera partió en la segunda mitad de
la década de 1880. Comenzó a
utilizar el seudónimo periodístico Zarelia en el semanario Tesoro del Hogar, fundado por Lastenia Larriva de Llona,
que funcionó entre 1887 y 1893. Además, fue la «primera directora y redactora
del periódico político La Prensa,
en 1911».
Como escritora,
siguió una tendencia liberal-radical; en 1905, fundó la revista La Mujer,
mientras que ocupó el cargo de directora de la Biblioteca Nacional
DOLORES CAGUANGO
Dolores
Cacuango nació en el latifundio de San Pablo Urcu cerca de Cayambe, Provincia
de Pichincha, Ecuador en 1881, y fueron sus padres peones conciertos o
como entonces se llamaban indios gañanes. Creció campesina en la choza
pobrísima de sus padres y sin concurrir a escuela alguna. Jamás aprendió
a leer o
a escribir pero algo había en ella que la diferenciaba del
resto de sus congéneres, porque decidió sacar de la ignorancia a los demás,
el español lo aprendió en Quito cuando
trabajó como empleada doméstica siendo jovencita.
Su
primera experiencia política le vino sorpresivamente cuando un indio llamado
Juan Albamocho disfrazado de mendigo y pidiendo caridad se sentaba al pie de
los despachos de los abogados y oía lo que conversaban. Cierta tarde,
Albamocho, regresó a su comunidad en Cayambe y exclamó a gritos que si ha
habido ley para los indios y desde entonces éstos quisieron conocerla para
defenderse de las continuas acechanzas de los tenientes políticos y curas de
parroquias.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS:
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